A pesar de que vivimos en la era de la información y la tecnología, el sector industrial sigue teniendo un rol preponderante en la economía[1]. En México, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Nueva Edición (ENOE) indica que hasta abril del 2021 cerca de nueve millones de empleos se generaron en la industria manufacturera, equivalente al 16.4% del total de la población ocupada en el país: 54.8 millones de personas.

Actualmente, el sector industrial enfrenta el reto de mantener su potencial económico, al tiempo que genera soluciones sostenibles frente a los problemas y necesidades ambientales, sociales y económicas a nivel local, nacional e internacional en un mundo globalizado y tecnificado. De este modo, la innovación en todos y cada uno de sus procesos productivos se ha vuelto de vital importancia.

La industria que apuesta por la innovación se vuelve más resiliente y fiable ante el vertiginoso e incesante avance de la ciencia y la tecnología. En este sentido, la eco-innovación le ha permitido a industrias como la eléctrica, electrónica y tecnológica mejorar su eficiencia. La eco-innovación o innovación ecológica es el desarrollo de productos y procesos que contribuyen al desarrollo sustentable, aplicando conocimientos y estrategias comerciales para generar mejoras ecológicas directa e indirectamente.

La innovación en la industria tiene un efecto en cascada, pues al generar nuevas formas de producción, se pueden impulsar condiciones más seguras y saludables para las personas empleadas, promover una mayor inclusión social, sueldos más equitativos y un mejor aprovechamiento de los recursos naturales y, con ello, un mayor cuidado del medio ambiente[2]. Sin embargo, todavía hay un largo camino por recorrer para que las empresas, los gobiernos y la sociedad en general sean conscientes de la importancia de innovar.

En la Agenda 2030, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 9: industria, innovación e infraestructura plantea la necesidad de construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.

Por su parte, en México, la Semarnat y el PNUD promueven la innovación tecnológica en la industria a través del Proyecto Residuos COP a través de la mejora en las plantas recicladoras, maquinaria o con la optimización de procesos, con el fin de desarrollar en el país un sistema de manejo ambientalmente adecuado de residuos electrónicos que genere impactos positivos en otros ámbitos. Con estas acciones, el proyecto contribuye a impulsar la economía circular, proteger la salud y disminuir la brecha de género; contribuyendo así al cumplimiento de la Agenda 2030 en México.

[1] “Objetivo de Desarrollo Sostenible 9: Industria, innovación e infraestructura”. Obtenido de: https://www.gob.mx/agenda2030/articulos/9-industria-innovacion-e-infraestructura

[2] “Objetivo 9: Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación”. Obtenido de: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/infrastructure/

Tags: