El Día Internacional de los Residuos Electrónicos

Actualmente, en México se genera más de un millón 103 mil toneladas de residuos electrónicos, principalmente en las entidades Baja California, Jalisco y la Ciudad de México.

Este año, el 14 de octubre, se celebró a nivel mundial el Día Internacional de los Residuos Electrónicos para alertar sobre la amenaza para el medio ambiente y la salud que representa el mal manejo de la “basura electrónica”. Esto, debido a que esta puede contener elementos altamente tóxicos conocidos internacionalmente como Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), e incentivar su reciclaje y a reutilizar materiales aprovechables incluyendo metales y distintos plásticos.

A nivel mundial, acorde al Monitor global de residuos electrónicos, integrado por la Universidad de las Naciones Unidas, la Unión Internacional de Telecomunicaciones y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos, en el mundo se generaron durante 2019 más de 53.6 millones de toneladas alrededor del planeta, lo que representó un récord internacional. En promedio, cada habitante del planeta generó más de 9 kilogramos de residuos electrónicos.

Acorde a los organizadores del evento, a esta la tercera edición se sumaron más de cincuenta organizaciones de más de 50 países alrededor del mundo. Por lo que año tras año se ha logrado una mayor concientización sobre su potencial e impacto en el medio ambiente, la salud y la industria. Se calcula que menos del 18% del total de la basura electrónica se recicla correctamente, de acuerdo con cifras oficiales de distintos países, lo que significa que la gran mayoría de aparatos terminan siendo depositados en rellenos sanitarios, quemados o comercializados en condiciones no óptimas. Lo anterior a pesar de que más del 70% de la población vive en países que cuentan con leyes y reglamentos que norman su manejo correcto y reciclaje.

Los COP, acorde a lineamientos internacionales, se definen como sustancias creadas o mezcladas mediante diversos procesos químicos. Son utilizados principalmente como fertilizantes y plaguicidas para las actividades agrícolas y también se han creado para la producción en diferentes tipos de industrias. Un ejemplo de ello, es la producción de una gran variedad de aparatos tecnológicos como electrodomésticos, teléfonos inteligentes, computadoras personales y portátiles, tabletas, televisiones inteligentes, aparatos de sonido y de entretenimiento, entre otros.

Con el paso del tiempo y a través de diversas investigaciones, se determinó que estos objetos contienen contaminantes que no solo afectan al medio ambiente sino también a la salud humana. Es por ello que en 2001 se estableció una conferencia internacional en Estocolmo, Suecia, en la que los países asistentes a ella se comprometieron a reducir el impacto de los COP en sus respectivos territorios. México forma parte del Convenio de Estocolmo desde el año en que éste se estableció, en 2004, y desde entonces trabaja con otros países y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para evitar daños a la salud de su ciudadanía y al medio ambiente a causa de los COP.