Manejo adecuado de residuos COP, consumo responsable y fomento a la cultura de la reparación

Entre septiembre y diciembre de cada año, los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas se dan cita en la ciudad de Nueva York, sede de la ONU para llevar a cabo el foro de alto nivel más importante de la comunidad internacional, en el cual se establecen normas y se fortalece el derecho internacional para asegurar la paz y la seguridad internacionales: la Asamblea General.

Este año, en lo que es la 76° sesión de la Asamblea General, se debatirá sobre el reforzamiento de medidas para remediar el impacto económico y social de la emergencia sanitaria por la pandemia de la Covid-19, tanto a través de la vacunación como la reactivación del consumo local, además de plantear la necesidad de reforzar las medidas de combate al cambio climático.

En semanas recientes, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático aseguró que, incluso si los países comenzaran a reducir urgentemente a través de medidas rápidas y contundentes sus emisiones de gases de efecto invernadero, el calentamiento global total aumentaría alrededor de 1.5 grados Celsius en las próximas dos décadas, por lo que eventos extremos como sequías e inundaciones serán más frecuentes[1].

Ante este escenario, el gobierno del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte dirigirá a finales de octubre la 26ª Conferencia de las Partes de la Cumbre Climática de la ONU (COP26), espacio en el que los Estados Miembros tendrán que presentar sus planes de reducción de emisiones conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), con el fin señalar su progreso hacia el desarrollo sostenible y limitar el calentamiento global por debajo 2 grados centígrados, por encima de los niveles preindustriales.

Tanto los países como las personas, debemos de emprender acciones para apoyar los esfuerzos de los 193 Estados Miembros que conforman la Asamblea General, para cuidar el medio ambiente y la salud. Las acciones pueden ser en pequeña escala, por ejemplo, a través de la correcta de separación de los residuos que generamos en el hogar, como pueden ser los restos de comida, que pueden ser transformados en composta, o los restos de envases de plástico que pueden ser reutilizados para la fabricación de calzado o de materiales de construcción, como ladrillos[2], entre otros productos.

En este sentido, a través del manejo adecuado de residuos electrónicos y eléctricos, el consumo responsable y fomento a la cultura de la reparación, podemos prevenir la exposición a Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) que se encuentran en este tipo de residuos, y son causantes de enfermedades severas para las personas, como pueden ser trastornos en los sistemas reproductivo y nervioso, además de que dañan al medio ambiente y a otros seres vivos.

De acuerdo con el The Global E-waste Monitor 2020, la “basura electrónica” acumuló 53.6 millones de toneladas en 2018, lo que representa una media por persona de 7.3 kilogramos. Se espera que para 2030 la generación de este tipo de residuos alcanzará casi el doble[3].

De acuerdo con las personas expertas, a través del reacondicionamiento es posible dar una segunda vida y alargar la duración útil de todo tipo de aparatos electrónicos usados, como computadoras de escritorio o personales y celulares, entre otros.

Para esto, es necesario que las personas separen y entreguen sus aparatos electrónicos en desuso o dañados en centros de acopio autorizados por autoridades mexicanas encargadas de implementar normatividad para el cuidado del medio ambiente, como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), y con los fabricantes o comercializadores de los mismos en México.

Sumémonos desde casa y nuestras comunidades a los esfuerzos para cuidar al planeta Tierra y la salud de nuestros seres queridos que, en los próximos días, veremos impulsados en la 76° Sesión de la Asamblea General desde Nueva York. Recordemos la frase atribuida a Eduardo Galeano, uno de los escritores más conocidos en América Latina y autor de la obra “Las venas abiertas de América Latina”: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.

[1] “Que el futuro será caluroso, es una certeza. Cuánto, depende de nosotros”, The New York Times, https://www.nytimes.com/es/2021/08/09/espanol/ipcc-reporte-cambio-climatico.html

[2] “Ladrillos de plástico para construir el futuro”, El País, https://elpais.com/elpais/2019/11/27/eps/1574871286_552583.html

[3] “Electrónica renovada, una nueva forma de consumir tecnología”, El País, https://elpais.com/sociedad/2021-09-15/electronica-renovada-una-nueva-forma-de-consumir-tecnologia.html